EL BOE publicó el pasado 16 de noviembre esta iniciativa que reconoce la relevancia de la apicultura como una práctica viva y esencial en múltiples regiones de España. Con profundas raíces culturales, identitarias y territoriales, la apicultura integra saberes tradicionales y modernos, vinculados a la gestión del territorio, los ecosistemas y las actividades agroganaderas. Además, incluye una rica variedad de rituales, festividades y valores que reflejan su importancia en la cultura y el medioambiente.
El valor de la apicultura no solo radica en su aportación a la biodiversidad y la polinización, sino también en su capacidad para detectar cambios climáticos y en su papel como memoria viva de conocimientos tradicionales sobre flora, clima y la salud de las abejas, especialmente de la especie autóctona. Sin embargo, esta actividad enfrenta amenazas como el cambio climático, el uso de plaguicidas, las enfermedades y la falta de relevo generacional, factores que ponen en riesgo su continuidad y los valores asociados.